Yo también he probado el pequeño motor del 90 Tce: un prodigio de suavidad. Como bien dice Ares, hay que tener en cuenta que en real, su consumo supera los 7 litros.
La nueva generación de motores de gasolina está haciendo aumentar las ventas de este tipo de coches, ya que se han mejorado los consumos, y se ha reducido peso y volumen, con lo que un mismo motor sirve para ponerlo en muchos modelos. Ahora, en cuanto a agrado y suavidad, los resultados son dispares. El caso de Renault, es de los mejores en este aspecto.
Lo de la señora Hidalgo (así se apellida la alcaldesa de París), es un ataque a la utilización del automóvil. Parece que en febrero propondrá la prohibición de los coches diésel en París y área metropolitana. Parece que esta cateta moderna no se ha enterado de la existencia de los FAP. Un patético paradigma de estulticia. Esperemos que no cunda el ejemplo.